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Tenemos muchas cartas que jugar para conseguir que la gente trabaje unida, así como para proteger a nuestros aliados. Y, a fin de cuentas, hay que plantear una amenaza militar, y debe quedar muy claro: si Kim Jong-un ataca a nuestros aliados o cualquier parte de Estados Unidos, incluida Guam, tomaremos represalias con una fuerza devastadora.