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El público no tiene que adaptarse a ti, sino que tú tienes que adaptar tu mensaje a él. Una presentación hábil requiere que entiendas sus corazones y mentes y crees un mensaje que resuene con lo que ya está ahí. Tu audiencia se sentirá muy conmovida si envías un mensaje que sintonice con sus necesidades y deseos. Puede que incluso se estremezcan de entusiasmo y actúen de forma concertada para crear bellos resultados.