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Me mortificaba que la era de Barack Obama nos hubiera devuelto a un período en el que todo es racista, todo el mundo anda con pies de plomo y los liberales blancos, que en realidad ni siquiera conocen a ningún negro, se envanecen moralmente. Pero les encanta subirse a sus caballos y acusar a los republicanos de racistas por oponerse a políticas gubernamentales muy liberales y a un presidente demócrata muy liberal. Es una extensión de la etiqueta de derechos civiles que se aplica al matrimonio homosexual y al aborto. Permítanme ser bipartidista por un momento y disfrutar de este momento porque no durará mucho.