-
A veces es bueno no poder comprarlo todo, porque así tienes algo que esperar. Por eso no hay que darles demasiado a los niños: entonces no tienen nada que esperar. Es una receta para el desastre. ¿Qué pasa si tienes una hija y se lo das todo y luego se casa con alguien que no puede dárselo todo? Una receta para el desastre.