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Aspiro a ser un instrumento del director. Soy más feliz así. Cuanto más fuerte es el director, más estoy dispuesto a darle. No se trata sólo de admirar sus películas, sino de cómo te tratan y de si te entienden o entienden tu forma de trabajar. Si no te entienden, más vale que adaptes tu forma de trabajar a ellos. Quiero trabajar con gente que sea buena en lo que hace y apasionada. A medida que uno envejece, sufre menos a los tontos. Por eso hay tantos actores de carácter malhumorados. Yo soy una excepción. Soy un encanto.