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Todos tenemos un propósito en la vida y creo que ser activista es el mío, así que esa es una de mis fuerzas motrices. La segunda es saber que estoy cambiando la vida de la gente. Saber que las mujeres me dicen que sus hijas jóvenes me admiran ahora, saber que he ayudado a alguien a no suicidarse. Recibir mensajes así es muy poderoso.