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Creo que pasé los primeros años de mi carrera pensando: "Bueno, quizá no soy lo bastante británico". Y siempre recuerdo a mi padre diciéndome: "No te creas inglés, porque por muy inglés que te sientas, algún inglés te va a recordar que no lo eres". Ahora bien, para él debió de ser una experiencia mucho más aguda, porque emigró a Inglaterra. Nací allí, así que en cierto modo me sentía con derecho a asumir que era británico, pero es cierto. Los ingleses son un pueblo muy cálido y acogedor, pero hay una vena ahí que te lo recuerda, de vez en cuando.