-
Todo buen abogado sabe que si hay algo en la causa de su cliente que le ofende tanto personalmente, moral o religiosamente, o si le ofende tanto que cree que socavaría su capacidad para cumplir con su deber como abogado, entonces no debe asumirlo.
Todo buen abogado sabe que si hay algo en la causa de su cliente que le ofende tanto personalmente, moral o religiosamente, o si le ofende tanto que cree que socavaría su capacidad para cumplir con su deber como abogado, entonces no debe asumirlo.