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Gran parte de la crianza consiste en gestionar el cansancio y la motivación. Gran parte del éxito de la crianza consiste en evitar los pecados de "omisión", así como los de "comisión". Puedes alimentar, vestir y alojar a tus hijos y no criarlos realmente. Cuando criamos a nuestros hijos por razones egoístas (para sentirnos orgullosos, para que la gente nos quiera y nos aprecie), si nos decepcionan nos echaremos atrás. Pero cuando nos damos cuenta de que Dios nos ha llamado a criar hijos piadosos y Dios es siempre digno de ser obedecido, tenemos una motivación que va más allá de nuestro propio orgullo y nuestra propia comodidad.