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Tenemos que convencerle de que, si toma la decisión de irse, estamos dispuestos a cambiar su seguridad personal por una dimisión pacífica. Eso es muy importante porque todos tememos que se aferre al poder hasta su lecho de muerte y que mate a mucha gente por el camino. Si está dispuesto a irse, le compraremos una isla en el Caribe o en el Pacífico con chicas guapas, como un país aparte para él.