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Creo que hay mucha continuidad entre las tradiciones judía e islámica. Lo sabemos históricamente, aunque la gente no quiera hablar de ello, sobre todo los musulmanes. Hay una fuente común tanto para el judaísmo como para el islam, o digamos que el islam encuentra su fuente en el judaísmo. Los puntos en común de la práctica y la sensibilidad, el ethos y el mythos, crean un gran solapamiento.