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Los niños cuya pubertad comienza demasiado pronto se enfrentan no sólo a riesgos psicológicos, sino también físicos, con una mayor probabilidad de cáncer, así como a cambios esqueléticos que podrían impedirles alcanzar su estatura adulta completa.
Los niños cuya pubertad comienza demasiado pronto se enfrentan no sólo a riesgos psicológicos, sino también físicos, con una mayor probabilidad de cáncer, así como a cambios esqueléticos que podrían impedirles alcanzar su estatura adulta completa.