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  • El cerebro encaja perfectamente en el cráneo, pero no de forma totalmente plana: todavía hay una capa de líquido entre el hueso y el tejido blando que sirve de amortiguador natural. Sin embargo, algunos choques no pueden absorberse, y cuando la cabeza recibe un golpe demasiado fuerte, el cerebro puede torcerse o sacudirse dentro de su envoltura ósea.