Autores:
  • Mi madre podía encontrar una fina cadena de oro en el fondo de un cajón, enrollada en un nudo imposiblemente apretado, y dármela para que la desenredara. Tenía un olor brillante y sudoroso, y me excitaba: Las cadenas de oro te unían a los grandes cuentos y mitos, a Arabia y a la India; al gran peso del mundo, pero más ligero que una pluma.