-
Si una flor de manzano o una manzana madura pudieran contar su propia historia, sería, aún más que la suya propia, la historia del sol que le sonrió, de los vientos que le susurraron, de los pájaros que cantaron a su alrededor, de las tormentas que la visitaron y del árbol maternal que la sostuvo y alimentó hasta que sus pétalos se desplegaron y su forma se desarrolló.