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Al igual que nos quedan pequeños unos pantalones, nos quedan pequeños los conocidos, las bibliotecas, los principios, etc., unas veces antes de que se gasten y otras -y esto es lo peor de todo- antes de que tengamos otros nuevos.
Al igual que nos quedan pequeños unos pantalones, nos quedan pequeños los conocidos, las bibliotecas, los principios, etc., unas veces antes de que se gasten y otras -y esto es lo peor de todo- antes de que tengamos otros nuevos.