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Cuando a un hombre le pica el gusanillo de la literatura, nada puede curarlo salvo rascarse con una pluma. Pero si no tienes una pluma, supongo que debes rascarte como puedas.
Cuando a un hombre le pica el gusanillo de la literatura, nada puede curarlo salvo rascarse con una pluma. Pero si no tienes una pluma, supongo que debes rascarte como puedas.