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Mientras contemplamos la belleza aristocrática, se tiene muy poco en cuenta cuánto tienen que ver la buena comida, la suavidad de la cama, el abrigo cálido y la tranquilidad de espíritu con los atractivos que despiertan nuestra admiración.
Mientras contemplamos la belleza aristocrática, se tiene muy poco en cuenta cuánto tienen que ver la buena comida, la suavidad de la cama, el abrigo cálido y la tranquilidad de espíritu con los atractivos que despiertan nuestra admiración.