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El verdadero esnob nunca descansa; siempre hay una meta más alta que alcanzar y, por la misma razón, siempre hay más y más gente a la que despreciar.
El verdadero esnob nunca descansa; siempre hay una meta más alta que alcanzar y, por la misma razón, siempre hay más y más gente a la que despreciar.