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Al hacer que el trabajo de uno sea propiedad del otro, fomentan el orgullo, el lujo y la vanidad por un lado; por el otro, el vicio y el servilismo, o el odio y la revuelta.
Al hacer que el trabajo de uno sea propiedad del otro, fomentan el orgullo, el lujo y la vanidad por un lado; por el otro, el vicio y el servilismo, o el odio y la revuelta.