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Porque la imaginación establece el cuadro meta sobre el que trabaja nuestro mecanismo automático. Actuamos, o dejamos de actuar, no por la voluntad, como se suele creer, sino por la imaginación.
Porque la imaginación establece el cuadro meta sobre el que trabaja nuestro mecanismo automático. Actuamos, o dejamos de actuar, no por la voluntad, como se suele creer, sino por la imaginación.