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Todos somos uno -o al menos deberíamos serlo- y es nuestro trabajo, nuestro deber y nuestro gran reto luchar contra las voces de la división y buscar el bálsamo de la reconciliación.
Todos somos uno -o al menos deberíamos serlo- y es nuestro trabajo, nuestro deber y nuestro gran reto luchar contra las voces de la división y buscar el bálsamo de la reconciliación.