Muchas veces escribo cosas muy enfadadas, pero no quiero señalar con el dedo: prefiero ser animadora que juez. No quiero predicar como si estuviera en una posición de rectitud, pero sí quiero decir lo que pienso y gritar a las nubes y salir del pozo de desesperanza en el que a veces pienso que se encuentra la raza humana.