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La primera vez que se entra en el Parlamento, es un lugar desalentador porque uno siente que tiene mucho que aprender. Una vez que has sido reelegido, te sientes mucho más seguro. Te da un poco de impulso.
La primera vez que se entra en el Parlamento, es un lugar desalentador porque uno siente que tiene mucho que aprender. Una vez que has sido reelegido, te sientes mucho más seguro. Te da un poco de impulso.