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Ahora bien, si te fijas en cómo el cisne, bajando el cuello a las aguas profundas, saca comida de abajo, descubrirás la sabiduría del Creador, que le dio un cuello más largo que las patas por esta razón, para que pudiera, como si bajara una especie de sedal, procurarse la comida escondida en las aguas profundas.