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Estoy seguro de que el Señor, que nota la caída de un gorrión, mira con compasión a quienes han tenido que separarse, aunque sea temporalmente, de sus preciosos hijos.
Estoy seguro de que el Señor, que nota la caída de un gorrión, mira con compasión a quienes han tenido que separarse, aunque sea temporalmente, de sus preciosos hijos.