-
Conozco a muchos hombres casados, incluso conozco a unos cuantos felizmente casados, pero no conozco a ninguno que no se cayera por el primer pozo de carbón abierto corriendo detrás de la primera chica guapa que le guiñara un ojo.
Conozco a muchos hombres casados, incluso conozco a unos cuantos felizmente casados, pero no conozco a ninguno que no se cayera por el primer pozo de carbón abierto corriendo detrás de la primera chica guapa que le guiñara un ojo.