-
Hasta ahora, Vancouver es mi ciudad favorita para trasladarme. Me siento como en casa. Algunas partes me recuerdan a la costa este. Es muy limpia. La comida es estupenda. Y la gente es encantadora. No es que no me gustara trabajar en otros lugares glamurosos como Downey, Detroit, Cleveland o Bulgaria... pero, maldita sea, es divertido ser canadiense.