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El placer sexual en la mujer es una especie de hechizo mágico; exige un abandono total; si las palabras o los movimientos se oponen a la magia de las caricias, el hechizo se rompe.
El placer sexual en la mujer es una especie de hechizo mágico; exige un abandono total; si las palabras o los movimientos se oponen a la magia de las caricias, el hechizo se rompe.