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Ruego a Dios que nunca se me lleve a la melancólica prueba, pero si alguna vez se me presenta, entonces se sabrá hasta qué punto puedo reducir a la práctica principios que sé que están fundados en la verdad.
Ruego a Dios que nunca se me lleve a la melancólica prueba, pero si alguna vez se me presenta, entonces se sabrá hasta qué punto puedo reducir a la práctica principios que sé que están fundados en la verdad.