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¡Cuánta necesidad tenemos, en la Iglesia y en la sociedad, de testigos de la belleza de la santidad, de testigos del esplendor de la verdad, de testigos de la alegría y de la libertad que nacen de una relación viva con Cristo!
¡Cuánta necesidad tenemos, en la Iglesia y en la sociedad, de testigos de la belleza de la santidad, de testigos del esplendor de la verdad, de testigos de la alegría y de la libertad que nacen de una relación viva con Cristo!