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Nuestra preocupación por la pérdida de nuestros amigos no siempre proviene de un sentimiento de su valía, sino más bien de nuestra propia necesidad de ellos y de que hemos perdido a algunos que tenían una buena opinión de nosotros.
Nuestra preocupación por la pérdida de nuestros amigos no siempre proviene de un sentimiento de su valía, sino más bien de nuestra propia necesidad de ellos y de que hemos perdido a algunos que tenían una buena opinión de nosotros.