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Mi objetivo, entonces, era azotar a los rebeldes, humillar su orgullo, seguirlos hasta lo más recóndito y hacer que nos temieran y nos temieran. El miedo es el principio de la sabiduría.
Mi objetivo, entonces, era azotar a los rebeldes, humillar su orgullo, seguirlos hasta lo más recóndito y hacer que nos temieran y nos temieran. El miedo es el principio de la sabiduría.