-
Sólo una humanidad a la que la muerte ha llegado a ser tan indiferente como sus miembros, que ella misma ha muerto, puede infligirla administrativamente a innumerables personas.
Sólo una humanidad a la que la muerte ha llegado a ser tan indiferente como sus miembros, que ella misma ha muerto, puede infligirla administrativamente a innumerables personas.