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Hemos tratado a nuestros adversarios más serios, como Irán y Corea del Norte, de la manera más infantil: dándoles la callada por respuesta. Al hacerlo, hemos debilitado, no reforzado, nuestra posición negociadora y nuestro liderazgo.
Hemos tratado a nuestros adversarios más serios, como Irán y Corea del Norte, de la manera más infantil: dándoles la callada por respuesta. Al hacerlo, hemos debilitado, no reforzado, nuestra posición negociadora y nuestro liderazgo.