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Ojalá se me hubieran ocurrido a mí los músculos de velcro. No tuve que ir al gimnasio durante todos esos años, todas las horas casado con el juego de hierro, como lo llamamos.
Ojalá se me hubieran ocurrido a mí los músculos de velcro. No tuve que ir al gimnasio durante todos esos años, todas las horas casado con el juego de hierro, como lo llamamos.