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El gobierno mismo se basa en la gran doctrina del consentimiento de los gobernados, y tiene su piedra angular en el memorable principio de que los hombres están dotados de derechos inalienables.
El gobierno mismo se basa en la gran doctrina del consentimiento de los gobernados, y tiene su piedra angular en el memorable principio de que los hombres están dotados de derechos inalienables.