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Es, pues, por esas sombras del Antaño y sus siluetas fantásticas en la pantalla externa de cada religión y filosofía, que podemos, comprobándolas sobre la marcha, y comparándolas, trazar finalmente el cuerpo que las produjo.
Es, pues, por esas sombras del Antaño y sus siluetas fantásticas en la pantalla externa de cada religión y filosofía, que podemos, comprobándolas sobre la marcha, y comparándolas, trazar finalmente el cuerpo que las produjo.