-
No estamos hechos, como siempre habíamos supuesto, de paquetes sucesivamente enriquecidos de nuestras propias partes. Somos compartidos, alquilados, ocupados. En el interior de nuestras células, impulsándolas, proporcionando la energía oxidativa que nos lanza a la mejora de cada día resplandeciente, están las mitocondrias, y en sentido estricto no son nuestras.