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Saca el máximo partido de tus remordimientos; nunca ahogues tu pena, sino que cuídala y acaríciala hasta que llegue a tener un interés propio e integral. Lamentarse profundamente es vivir de nuevo.
Saca el máximo partido de tus remordimientos; nunca ahogues tu pena, sino que cuídala y acaríciala hasta que llegue a tener un interés propio e integral. Lamentarse profundamente es vivir de nuevo.