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Estoy en albornoz en mi despacho. Del mismo modo que no voy a empezar a llevar corbata, tampoco me voy a tragar la falsa cortesía, la mentira, la política de oficina y las puñaladas por la espalda, la agresividad pasiva y las palabras de moda.
Estoy en albornoz en mi despacho. Del mismo modo que no voy a empezar a llevar corbata, tampoco me voy a tragar la falsa cortesía, la mentira, la política de oficina y las puñaladas por la espalda, la agresividad pasiva y las palabras de moda.