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Dejemos que los niños lean lo que quieran y luego hablemos de ello con ellos. Si padres e hijos pueden hablar juntos, no tendremos tanta censura porque no tendremos tanto miedo.
Dejemos que los niños lean lo que quieran y luego hablemos de ello con ellos. Si padres e hijos pueden hablar juntos, no tendremos tanta censura porque no tendremos tanto miedo.