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No hay duda de que necesitamos leyes más estrictas contra la conducción bajo los efectos del alcohol para los reincidentes. Tenemos que aprender de los países europeos, donde conducir no es un derecho, sino un privilegio.
No hay duda de que necesitamos leyes más estrictas contra la conducción bajo los efectos del alcohol para los reincidentes. Tenemos que aprender de los países europeos, donde conducir no es un derecho, sino un privilegio.