-
Entre el 50% y el 60% de los alimentos que comemos han pasado por las manos de inmigrantes, y es justo decir que algunos de ellos no están aquí como deberían. Pero si no tuviéramos a esta gente, gastaríamos mucho más -tres, cuatro o cinco veces más- en alimentos, o tendríamos que importar alimentos y correríamos todos los riesgos de seguridad alimentaria.