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La sutileza humana nunca concebirá una invención más bella, más sencilla o más directa que la naturaleza, porque en sus invenciones no falta nada, y nada es superfluo.
La sutileza humana nunca concebirá una invención más bella, más sencilla o más directa que la naturaleza, porque en sus invenciones no falta nada, y nada es superfluo.