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Si construyes una fábrica y se convierte en algo estupendo o en una gran idea, que Dios te bendiga, quédate con una buena parte. Pero parte del contrato social subyacente es que te quedas con una parte y se la pagas al siguiente niño que venga.
Si construyes una fábrica y se convierte en algo estupendo o en una gran idea, que Dios te bendiga, quédate con una buena parte. Pero parte del contrato social subyacente es que te quedas con una parte y se la pagas al siguiente niño que venga.