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No hay nada malo en sufrir, si se sufre por un propósito. Nuestra revolución no abolió el peligro ni la muerte. Simplemente hizo que el peligro y la muerte valieran la pena.
No hay nada malo en sufrir, si se sufre por un propósito. Nuestra revolución no abolió el peligro ni la muerte. Simplemente hizo que el peligro y la muerte valieran la pena.