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Todo lo que se hace por puro amor, aunque sea poco o despreciable a los ojos de los hombres, es totalmente fructífero; porque Dios mide más el amor con que se obra que la cantidad que se hace.
Todo lo que se hace por puro amor, aunque sea poco o despreciable a los ojos de los hombres, es totalmente fructífero; porque Dios mide más el amor con que se obra que la cantidad que se hace.