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A medida que nos convertimos en canales más puros de la luz de Dios, desarrollamos un apetito por la dulzura que es posible en este mundo. Un taumaturgo no está orientado a luchar contra el mundo que es, sino a crear el mundo que podría ser.
A medida que nos convertimos en canales más puros de la luz de Dios, desarrollamos un apetito por la dulzura que es posible en este mundo. Un taumaturgo no está orientado a luchar contra el mundo que es, sino a crear el mundo que podría ser.