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Los negocios subyacen a todo en nuestra vida nacional, incluida nuestra vida espiritual. En el Padre Nuestro, la primera petición es el pan de cada día. Nadie puede adorar a Dios o amar a su prójimo con el estómago vacío.
Los negocios subyacen a todo en nuestra vida nacional, incluida nuestra vida espiritual. En el Padre Nuestro, la primera petición es el pan de cada día. Nadie puede adorar a Dios o amar a su prójimo con el estómago vacío.